En adelante solo me quiero enfocar en mi presente, en estar aquí en una cama de un abnb en New Jersey procesando todo lo que ha pasado en las últimas semanas. En la vida misma, en el amor completo.
Coincidimos en esta existencia 2 seres tan puros y dispuestos a amar y cuidar en misma proporción, de la nada encontrarnos es simplemente una bendición tan grande que los agradecimientos se quedarán cortos.
En el presente y el ahora pasado reciente no puedo dejar de sentir que efectivamente nuestro encuentro estaba escrito en el guión de mi vida. Redactamos una serie desde cero, donde los protagonistas somos quienes la están escribiendo: definiendo las tomas, los tiempos, si hay comedia o drama, los settings, la banda sonora, los vestuarios y muchas (Muchas) veces la falta de ellos.
Con él es hermoso existir simplemente. Tiene el corazón noble, los ojos verdes profundos y expresivos, literalmente puedo leer las palabras y emociones saliendo de sus ojos. Es un ser rico en tantos sentidos!
Su mera existencia es deliciosa, suculenta; solo escucharle hablar es un deleite, puedo pasarme la vida perdida en sus historias, escuchando su melodiosa voz de tenor elegir cuidadosamente la letra de las canciones que me canta al oído, sus datos ñoños afrodísiacos, en sus gestos de cariño siempre constantes, abundantes y nunca demandados; en esa esencia pura y auténtica de no tener que estar escondiendo quien realmente es. Y me quedan tantos momentos pendientes, tantas cosas en el playlist.
No puedo evitar desear, en un acto muy egoísta, que Chile ya no sea su lugar de residencia; que se acerque un poco más a la distancia de mis brazos. A veces toca colmarse de paciencia, darle tiempo al tiempo y dejar que las cosas se acomoden. Tener fé. Confiar y seguir amando. Dejarle que siga su camino, que brille, que crezca mucho y que, si así lo quiere, regrese a mi... a nosotros. Pero bueno tiempo al tiempo, para delante porque la barca no se detiene, el agua sigue corriendo y ambos tenemos por tarea seguir remando con la fé de volver a estar en la misma dirección.
Tengo un amor chileno, el corazón lleno, la maleta llena de planes, el cansancio acumulado de noches en vela por todas las razones correctas, los amaneceres, los baños de luna, sus besos, las muchas primeras veces, los estándares bien altos y el corazón llenito.
Los borradores del guión, en manos de la protagonista:
"Entonces apareció mi amor chileno. Interesante a más no poder, atractivo, dulce cuando se quiere, sexual y romántico cuando no. En 5 o 6 días me tiene perdida en sus ojos hoy verdes, mañana grises y ayer cafés miel. Es un bombardeo de amor, nos sale mal a ambos el sexo casual. Es como si nos estuvieramos lamiendo las heridas del otro para sanarnos, para gozar el tiempo en contra.
Yo me declaro adicta al olor de su cuello, a sus ojos cuando hacemos el amor, a la suavidad de su piel y a lo increíblemente fascinante que es él y sus conversaciones y sus proyectos, su creatividad, su sensibilidad y arte. Llevo casi una semana de despertar con besos en la espalda y unas cejas oscuras recordándome los placeres explorados la noche anterior."
"Dejaremos todo fluir para ver que va a pasar en la próxima temporada de la serie. A él y a mi ahora nos toca hacer caminos cada uno por su lado, esperando que la vida nos vuelva a encontrar y que esta historia arrebatada de sexo sentido, cuido y amor se alargue por muchas más temporadas"
"Somos hermosamente vulnerables, honestos y sensibles. Fuimos 15 intensos días de besos deliciosos, de miradas profundas (me puedo perder para siempre en esos ojos verdes). Nos atrevimos sin miedo y sin restricciones a conocernos de verdad, a hablar, a ser vulnerables y descubrir el gran regalo que es amar cuando es correspondido y honesto, sin intereses de por medio.
Amar implica también ser valiente, ahora mismo lo estamos siendo y se vienen días complejos, donde tener el ojo y el corazón en la meta serán el consuelo y motor suficientes para llegar al mañana. Hay que quebrarse para volverse a constuir"
Y pensar que todo empezó en algún Dennis, en Phoenix, Arizona.
Gracias Fabi, quedas acá en mi pecho por siempre.
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