lunes, 15 de febrero de 2010

Marte...

En esta noche la luna en mi cabeza ilumina mis pensamientos. Llena como me encanta, como la amo.

Su luz me hace olvidar el frío que corre entre los árboles e impulsa esta mano a encontrar las palabras correctas para describir lo que soy.

Las memorias de una lluvia nocturna me recuerdan que existo por ti, para ti. Porque existe vida en este músculo que luce con orgullo lo que es ahora su nueva cicatriz.

Sigue el frío, pero solo por no poder llegar al lugar preciso conociendo el camino, porque lenguas y tiempo obstaculizan su paso. Pero el frío es temporal.

Amo la luna y la forma en la que a pesar de su luz, logras acompañarla en el cielo nocturno con tu tenue color amarillento y brillante.

martes, 2 de febrero de 2010

Límites?

Y cuando mis ojos brillan casi tanto como el sol al medio día me pregunto: es que mi cabeza no puede amarrar un poco de palabras y crear otro enredo que ni siquiera es lo suficientemente enredado como para que solo lo entiendan quienes tienen que hacerlo?

Las cabezas de todos funcionan no?, lo que pasa es que la mía fue recientemente diagnosticada con diabetes y ahora solo piensa en melcochas de natilla y pasas cubiertas con chocolate... y en los niños corriendo en el patio bajo la sombra de mis árboles.

Y?! acaso hay algo de malo en ver caramelos y pasas todo el día?...si lo sé y me encanta!, pero eso no significa que mis manos van a dejar de escribir lo que los otros si pueden pero en mi dialecto.

Yo también miro por la ventana, adoro los atardeceres y me pierdo en mi luna... todavía puedo hacer retratos narrados del reflejo jabonoso; o por lo menos eso intento.