lunes, 22 de octubre de 2012

Le petit prince en 5 min para resonador nasofaringeo


El aviador: Observad muy bien este paisaje, es para mí el más bello y el más triste paisaje del mundo. Aquí, en este lugar, fue donde el principito apareció en la tierra y donde luego desapareció.

La rosa: En nuestro planeta, el asteroide b- 612 (para que comprendan los adultos), siempre han existido flores sencillas, con una sola hilera de pétalos. Eso era hasta que de una semilla desconocida germiné yo! Al verme sé que habrán pensado : -pero que flor más hermosa- no es verdad? Cuando él se marchó insistí en que no colocara sobre mí esa esfera de cristal. Es necesario soportar dos o tres orugas para conocer las mariposas.

El rey: hacía mucho tiempo que no veía llegar un súbdito! Su compañía fue grata hasta que osó a cuestionar mi reino. Le era difícil creer que yo reinara sobre todo. Todos me obedecen porque soy un rey bueno, mis órdenes siempre son razonables. Hay que exigirle a cada uno aquello que es capaz de hacer o dar. Y Como no pude obligar al sol a ponerse se marchó.

El vanidoso: La visita de un admirador! Por aquí nunca pasa nadie y él lo primero que admiró fue mi sombrero. Le mostré mi forma de saludar, vamos aplaudan! ( saluda con el sombrero) luego le explique que su papel de admirador era para reconocer que yo soy el hombre más bello, el mejor vestido, el más rico y el más inteligente del planeta. Se alzó de hombros y me dijo; yo te admiro, ¿ Pero de qué te sirve?. Hace tiempo que por aquí no ha vuelto a pasar nadie.

El bebedor: Yo bebo. Yo bebo para olvidar. Yo bebo para olvidar que tengo vergüenza. Yo bebo para olvidar que tengo vergüenza de beber. Si, lo vi, estuvo aquí, preguntó como todos preguntan y luego de juzgarme se fue. Yo solamente bebo, no estoy aquí para entretener.

El hombre de negocios: tres y dos son cinco, Cinco y siete, doce. Doce y tres, quince. ¡ Si, estuvo aquí! Quince y siete, veintidós. Veintidós y seis, ventiocho. En los cincuenta y cuatro años que llevo de habitar este planeta, no he sido molestado más que en tres ocasiones. La primera vez fue hace 22 años, por un abejorro que vino de quien sabe dónde. La segunda vez fue hace once años debido a una crisis de reumatismo. Y la tercera vez fue esa! No tengo tiempo para charlar, soy persona seria.

El farolero: ¡Buenos días! Por unos momentos fuimos mi farol, él y yo ¡Buenas noches! Parecía no comprender que la consigna es la consigna. ¡Buenos días! Mi planeta es pequeño y rápido. ¡Buenas noches! Quiso ayudarme, pero no había lugar. ¡Buenos días! Es terrible mi oficio. ¡Buenas noches!

El geógrafo: Las geografías son los libros más estimados y más interesantes. Nunca envejecen. El joven explorador se mostró decepcionado cuando me negué a anotar su flor en mi libro . Al explicarle que las flores no se anotan porque son efímeras, su rostro se llenó de tristeza. Le aconsejé visitar la tierra y se marchó pensativo.

El zorro: Me dijo que en su planeta no había cazadores, pero tampoco habían gallinas, nada es perfecto. Yo siempre había deseado ser domesticado. Y al fin lo logré!, Lo domestiqué y él me domesticó. Yo descubrí la felicidad en la espera, el rumor del viento entre las espigas de trigo y las lagrimas de la separación. Y él, él se marchó repitiendo “lo esencial es invisible para los ojos”.

La serpiente: “A quien toco, lo regreso a la tierra de donde salió”. Se lo dije desde el principio. Era imposible no sentir lástima por él, tan débil sobre esta dura tierra de granito. Le ofrecí mi ayuda en caso de que llegara a extrañar su planeta. Justo un año después nos encontramos en el mismo lugar donde nos conocimos, fue rápido y suave; como cae un árbol.

El aviador : Así que si llegáis a pasar por allí, os ruego que no os apresuréis, si no que esperéis un momento, exactamente debajo de esa estrella. Si entonces un niño va hacia vosotros, si tiene cabellos de oro y se ríe, y no responde cuando se le pregunta, adivinaréis quién es.