lunes, 15 de febrero de 2010

Marte...

En esta noche la luna en mi cabeza ilumina mis pensamientos. Llena como me encanta, como la amo.

Su luz me hace olvidar el frío que corre entre los árboles e impulsa esta mano a encontrar las palabras correctas para describir lo que soy.

Las memorias de una lluvia nocturna me recuerdan que existo por ti, para ti. Porque existe vida en este músculo que luce con orgullo lo que es ahora su nueva cicatriz.

Sigue el frío, pero solo por no poder llegar al lugar preciso conociendo el camino, porque lenguas y tiempo obstaculizan su paso. Pero el frío es temporal.

Amo la luna y la forma en la que a pesar de su luz, logras acompañarla en el cielo nocturno con tu tenue color amarillento y brillante.

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